Porque al fin de cuentas, eres tú el único que consigue cambiar todo y devolverme la felicidad, porque sé que, como siempre, vuelves a tener razón.
Gracias por estar conmigo cuando te necesito (y cuando no), por ayudarme, apoyarme, comprenderme, aconsejarme y dibujar mil sonrisas en mi boca.
¿Sabes? Hoy me he dado cuenta, más que nunca, de que sin ti a mi lado estaría totalmente vacía, porque me faltaría el causante de mi felicidad y la persona que consigue ahorrarme todas las lágrimas de golpe.
Te quiero, te quiero muchísimo.
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